jueves, 29 de octubre de 2015

Octubre Rodado!

No es común  que en un mes salgan dos trabajos seguidos, al menos en éstos tiempos.
Sin embargo ésta  semana  también  he rodado  anuncio  en Barcelona, buena manera de terminar el mes!
A ver que me trae Noviembre :)
Aquí dejo una fotito con familia de turno,  siempre  me ponen de madre de unos niños adorables!



Y aquí el resultado :) 


sábado, 24 de octubre de 2015

Rodaje en Palma


La semana pasada tuve la oportunidad de trabajar en la rodaje de una campaña publicitaria para McDonal's. Lo curioso es que no va dirigida la mundo occidental, con lo cual fue toda una experiencia, ya que todo los comportamientos "cotidianos" que se mostrarán en el anuncio fueron adaptados hacia el público a quien irá dirigido el spot.

Me hizo pensar en el concepto de "normalidad" y en cómo podemos ser tan distintos según el lugar donde vivimos. Yo que soy una rebelde con causa, como actriz he de aceptar que existen realidades tan distintas a mi forma de ser y pensar , y que por muy locas o absurdas que me parezcan, hay gente que las vive como algo normal

Fuera de eso, me encontré con un equipo maravilloso y unos compis geniales, aquí os dejo algunas fotitos del rodaje







viernes, 12 de junio de 2015

Donde el viento hace Buñuelos de Arístides Vargas, lo nuevo de Volanteatre



Donde el Viento hace Buñuelos gira en torno a la temática del exilio y la memoria, tópico recurrente en la dramaturgia de Arístides Vargas, durante las 45 escenas que tiene la obra, el autor muestra interés por quebrantar la estructura de su dramaturgia, poner siempre de manifiesto lo humano de los personajes creados.
La acción de los personajes transcurre con dos mujeres que viven momentos cruciales  de sus vidas, enfrentadas a los recuerdos de una memoria fragmentada, que entablan un extraño dialogo que trasgrede las precisiones espaciales y las secuencias temporales, ya que en la obra no hay ninguna referencia concreta del espacio o el tiempo en el cual transcurre la acción, allí se superponen ámbitos donde se mezcla el pasado  y el presente.
En Donde el viento hace Buñuelos, se tratan temas como  la vida y la muerte, la amistad, las experiencias vividas, el exilio. Una vida en tránsito permanente que nos lleva a un destino ineludible y mientras tanto, los sueños y los anhelos se hacen presentes, las tristezas y las pequeñas alegrías, las etapas vividas, todo lo que habita nuestra memoria, nuestro cuerpo, nuestra alma.
Sinopsis: Catalina y Miranda esperan a que se desocupe una cama donde parece haber un hombre dormido. Mientras esperan transitan un espacio de encuentros y desencuentros donde revivirán recuerdos de su amistad y compartirán sus vivencias, el exilio y el desarraigo.
Ficha Técnica: Texto: Arístides Vargas. Espacio Escénico y objetos: Sergio Naranjo. Diseño gráfico: Regina Serrano. Fotografía Imagen: Andrés Uribe. Producción: Volanteatre. Intérpretes: Nathalia Paolini, Noèlia Lleixà. Dirección: Sergio Naranjo


TODOS LOS DOMINGOS DE JUNIO EN PORTA 4, BARCELONA  21:00h

lunes, 18 de mayo de 2015

Descubrir el mundo o ya todo está inventado?

Hoy en día no es raro ver por todas partes diversos anuncios que afirman enseñarte hacer cualquier cosa. Las redes sociales y en general el mundo 2.0 ha generado un sin fin de expertos sobre algo que siempre pueden enseñarte a hacer lo que ellos y ellas saben hacer.

Hay expertos para todo y de pronto todos son (mos) expertos en algo: cocina, marketing, fitness, alimentación, fotografía, escritura, redes sociales, plantas, animales, ventas, diseño, emprendeduría, comunicación, crecimiento personal, creatividad, manualidades, viajes, ocio, gastronomía, arte, etc. me quedo corta, la lista es interminable.

Y la verdad es que todo es está muy bien, compartir el conocimiento, aprender de alguien que sabe más que nosotros sobre un tema determinado, sin importar que no vivamos en el mismo país o incluso que hablemos el mismo idioma.

Sin embargo, a veces tengo ataques de nostalgia por descubrir algo y creer que he logrado lo que nadie antes ha logrado. Como dice un dicho popular "descubrir el agua tibia".

Yo soy de las últimas generaciones que no creció con internet. Que para investigar para un trabajo tenía que ir a las bibliotecas, que no sabía mucho de lo que pasaba al otro lado del mundo si no lo daban en las noticias, que escribía los trabajos a mano o a máquina de escribir ( primero manual, después eléctrica), que no sabía lo que era un sms ni mucho menos un whatssap, que tuvimos nuestra primera dirección de email por allí en 1998, que no sabía que pasaría en el 2000.

Un mundo donde al parecer los expertos estaban cada uno en lo suyo y sólo podían compartirlo con quienes estuvieran a su lado, de ahí la figura del "Maestr@" como un@ super expert@ en su campo que tenía unos aprendices a los que transmitía su conocimiento y éstos iban aprendiendo poco a poco, también en el hacer, en el ensayo y error, hasta encontrar una manera particular de realizar un trabajo, un resultado que podía llegar después de muchos años, un descubrimiento que los hacía crecer en lo que fuere que hicieran.

Y es que aunque el mundo virtual nos ha dado mucho y el acceso a la información es inmediato, la verdad es que hemos tenido que pagar un precio, puede que alto. Hemos perdido la capacidad de descubrir, o al menos de creer que estamos descubriendo algo. 

De pronto tenemos una idea brillante y lo primero que hacemos en googlearla, para encontrar que a una o a muchas personas ya se les ha ocurrido. Es normal claro, pero antes de la expertonitis explosiva de los últimos tiempos, no lo sabíamos.

Me viene a la memoria aquel vídeo de la niña que descubre la lluvia por primera vez.  Su emoción y su alegría, absolutamente maravillada por el agua que cae del cielo.  Muchos  la vimos en internet, por supuesto ¿No sería grandioso volver a sentir eso? en la casa, en el trabajo.

Volver a despertar la curiosidad de inventar algo sin buscarlo en internet, inventar una receta, encontrar una "nueva forma" de hacer lo que hacemos siempre,o hacer algo distinto sin que un experto nos diga el cómo.

Descubrir nuestra propia manera, aunque seguramente  también sea la manera de otra persona, pero quedarnos con la inocente creencia de que somos únicos. Quizá ésto nos motive a hacer nuestro trabajo con más entusiasmo, a disfrutar un poco más del inventar y aprender por el camino en lugar de esperar que un señor o señora nos diga cómo hacerlo. Que quizá sea más rápido, pero puede que no sea tan divertido.

Y no deja de ser irónico que para decir ésto utilice la tecnología 2.0. Si no...¿cómo podría decirlo? 




lunes, 4 de mayo de 2015

Entre la "mujer ficticia" y la "mujer real"... Qué mujer hay?

Ayer fue el día de la madre en España. El FB pululaba de mensajes a las mejores madres del mundo y a las mujeres más valientes del universo. Yo abrí dos de éstos artículos que me llamaron la atención, ambos relacionados con la maternidad, claro. 

El primero, que  me ha hecho reflexionar sobre lo que quiero escribir el éste post, se llama 10 retratos de una maternidad salvaje y se trata, como su título indica, de 10 fotos de mujeres y sus cuerpos post parto, cuerpos de madre de abdomen surcado por estrías y cicatrices. 10 imágenes subrayadas por frases como: 

"Mira todas estas marcas. Mira cómo dibujan una historia tierna y perfecta. Una historia sobre el amor y sobre el futuro. Una eternidad" , "Dejaron entonces crecer sus heridas, sus estrías, sus enormes cicatrices. Las dejaron crecer como quien deja a un pájaro en libertad", "Salvaje, como sinónimo de natural. Natural, como sinónimo de gran belleza"

¡Genial!, una aceptación  total del propio cuerpo. De lo hermoso de haber llevado una vida dentro y de aceptar en el cuerpo de ahora, las huellas milagrosas de la maternidad. Imágenes poderosas de lo que se ha llamado en los últimos tiempos "mujeres reales" aludiendo al hecho de que el prototipo de mujer delgada, sin estrías, marcas, celulitis o gorditos aquí y allá, es sólo producto del photoshop, de la obsesión enfermiza por la delgadez , un invento del marketing , una ilusión óptica, una mentira. 

¡Y claro que lo es! sin embargo el prototipo de la "mujer real" que viene ganando fuerza, gracias también al marketing, es igualmente peligroso. La mujer real se define entonces como la mujer al natural, sin maquillaje, sin "retoques", sin ocultar las perfectas imperfecciones de su cuerpo. Y también casi siempre el término "mujer real" se relaciona con mujeres de complexión gruesa, o con mujeres como las del foto reportaje que mencioné arriba, lo que sigue dejando un margen abismal de mujeres reales que  son delgadas o atléticas,  que les gusta cuidar su cuerpo y estar saludables , ya sean madres o no. 

También el término "Mujer real" sirve de tapadera para una gran cantidad de mujeres que deciden dejar de cuidarse a sí mismas, abrazan el sobrepeso, no por complexión sino por gula, dejan de arreglarse mínimamente, no por comodidad sino por pereza, dejan de mimar su cuerpo porque "todos los productos que venden son para sacar dinero", dejan de hacer ejercicio, es decir, se dejan de querer a sí mismas aunque están realmente convencidas de que se aceptan como son. El marketing puede convencernos de cualquier cosa.

A éstas alturas yo me pregunto: ¿Para ser una mujer real hay que abandonar todo tipo de cuidado personal? ¿O se trata de aceptar lo que tienes sin dejar de cuidarte por ello? ¿Está mal querer mejorar físicamente? ¿Una mujer "en forma" no es una mujer real?

Existe una línea muy fina en ambos sentidos que hay que tener cuidado de no traspasar. 

Por un lado está la obsesión por la belleza, reforzada por la baja autoestima y la necesidad de gustar a los demás.

Por otro lado está la obsesión por lo natural, reforzada por una baja autoestima y la necesidad de que los demás nos acepten como somos.

Y vuelvo a preguntar: ¿Acaso no es mejor cuidarnos, llevar un estilo de vida saludable, gustarnos y ser aceptadas por nosotras mismas?  ¿Entre una talla 36 y una 44, qué es más "real"? ¿Porqué nos seguimos definiendo por el peso en lugar de definirnos por nuestra propia salud? 

Para mí ésta es la clave; más allá de los abdominales, la celulitis, las estrías, la edad o la maternidad. Si de verdad queremos nuestro cuerpo, ¿porqué no cuidarlo?. La necesidad de responder a patrones marcados desde fuera nos gana la partida y generalmente éstos patrones nos encasillan y nos dejan sin opciones. O blanco o negro.

Y es que en la pelea entre "Mujer Ficticia vs. la Mujer Real", quien sale perdiendo es la Mujer. Una vez más somos incapaces renunciar a las etiquetas y plantar un punto medio. 

Particularmente yo, soy delgada por complexión, de poco pecho, con grasita aquí y allá. Me gusta verme bien, sentirme ágil y con fuerza, me gusta comer sano, aunque me encantan las pizzas, la hamburguesas y el chocolate. Trato de buscar opciones para mi apetito de dulces y me hago postres bajos en grasa y azúcares, hago ejercicio y trato de ser constante. Busco un equilibrio entre verme bien, gustarme, estar saludable y disfrutar de comer y beber cosas que me gustan. Cuido mi piel, tomo agua, no fumo y duermo todo lo que puedo.




Foto: Ani Méndez





Yo no soy una mujer ficticia, pero tampoco quiero ser una mujer real. Prefiero ser simplemente una mujer, de la manera que YO lo decida. 

N.P












viernes, 24 de abril de 2015

Lo que no nos dicen sobre cumplir los sueños


 "Cumple tus sueños y serás libre" dice una de las millones de frases motivadoras que pululan en internet. Rosarios virtuales de consejos y afirmaciones cuyo objetivo es decirnos que no dejemos de hacer eso que amamos, de luchar por eso que queremos lograr, que sin importar lo que los demás piensen o digan sigamos adelante para encontrar el pedacito de felicidad que nos merecemos.

Y es cierto, ayudan.

Yo soy una soñadora que me gusta cumplir mis sueños, desde hace mucho tiempo ya he ido caminando en dirección a ellos, he ido ensayando, fracasando y logrando unos cuantos, me quedan muchos por delante y seguiré en su búsqueda.

Y ésto es precisamente lo que sucede con los sueños, las metas, los objetivos, que rara vez se traducen a unos pocos sino que se multiplican. Cuando logras uno ya existen cinco más que quieres lograr, es decir, que siempre estaremos en el camino para cumplirlos y eso es lo que nos mantiene vivos, puesto que si ya no existe un motivo, ¿de qué sirve continuar?


Sin embargo, lo que no nos dicen todas éstas frases encantadoras, es que el camino para cumplir los sueños no es un camino lleno de flores silvestres, pastos verdes y  sol radiante. El camino para cumplir los sueños es escarpado, lleno de trampas, muchas veces tormentoso, nublado, frío o insoportablemente caluroso, árido y reseco o tupido de plantas que hacen casi imposible el paso. 

En el camino hacia nuestros sueños hay brujas malvadas, ogros disfrazados de príncipes, lobos feroces que nos tientan a desviarnos del camino, cazadores dispuestos a hacer de nuestras cabezas un trofeo, fuegos fatuos que despiertan nuestra curiosidad y hacen que nos perdamos, duendes traviesos que juegan con nosotros, cuervos que nos sacarían los ojos, gigantes que pueden aplastarnos con su dedo meñique, muros gigantescos, hoyos profundos.





Si, si, lo sé, no todo es tan malo. A veces encontramos también hadas madrinas, hechiceros buenos, reinas y reyes bondadosos, compañer@s de viaje, amig@s inseparables que a veces han de separarse. Puentes que nos permiten cruzar un río turbulento, puertas que se abren, ventanas, espejos mágicos, perros voladores y bichitos del bosque nos dan una mano.

Aún así, si no somos conscientes de los peligros que nos acechan en el camino, si no tenemos el aguante para superar miles de pruebas, una tras otra, si no somos capaces de sostener la tristeza, la frustración, el miedo, la incertidumbre, quizá  nunca lleguemos a alcanzar nuestro anhelo.

Para cumplir nuestros sueños hemos de ser valientes. Y ser valientes no significa no tener miedo, significa continuar a pesar del miedo, significa sostener el miedo para que no nos devore, y continuar en medio de la noche más oscura, o del día más soleado, continuar sin mirar atrás, continuar paso a paso y hacer lo posible por disfrutarlo, por aprender, por levantarnos y seguir andando, con las rodillas cascadas y el ego herido. 


Así que, antes de emprender el camino hacia tus sueños, pregúntate a ti mism@... 

¿Estás dispuest@?




miércoles, 15 de abril de 2015

La era del YO


Éstos días he estado reflexionando sobre el individualismo, referido a la complacencia de los propios deseos e intereses sin tener en cuenta al otro. 

Actualmente, están muy de moda los mensajes de apoyo a la propia personalidad. Mensajes que nos motivan a hacer lo que queremos, a cumplir nuestros sueños, a dejar de lado la complacencia y pensar en nosotr@s mism@s como principal eje de nuestra vida. Lo importante somos nosotros.

Ésto está muy bien. Muchas veces necesitamos de alguien que nos diga cuánto valemos, porque no somos capaces de darnos cuenta por nosotros mismos, sin embargo, dentro de tanta bienintencionada motivación ¿cuándo pasamos a ser egoístas? 

Creo que uno de los principales problemas como seres humanos es que no nos escuchamos. No sabemos relacionarnos y entendemos los mensajes según nuestra conveniencia. Nuestras relaciones personales muchas veces están barnizadas por el interés que tenemos en lo que otro me pueda ofrecer y no por lo que el otro ES. Entonces llega el momento en que somos "amigos" de alguien por el beneficio que ésta relación me reporta. Digo "amigos", pero ya se sabe que hay de todo.

Nuestra tendencia a buscar nuestro propio bienestar nos vuelve ciegos-sordos-mudos, nuestro único objetivo es lograr eso que tango anhelamos y si no podemos obtener nada del otro, pues no nos interesa. Perdemos relaciones valiosas y dejamos que se enfríen afectos, por el simple hecho de no estar acoplados con nuestros deseos o inquietudes, porque no nos reporta eso que buscamos con los colmillos y las garras afiladas.

Y ésto sólo hablando de relaciones personales, si ya pasamos a la relación con la comunidad pues creo que es peor. Una amiga contaba que le indignaba que en su comunidad la gente tira la basura donde no debe, pese que hay un cartel que dice que ése no es el lugar para hacerlo. Sin embargo  lo más cómodo es dejarlo ahí porque total "ya otro lo recogerá" porque ése es su trabajo.

Imagina ahora ésto extrapolado a nivel mundial. 


Estar inmersos en nuestros problemas, en nuestro pequeño mundo, querer ser exitosos, ricos, libres de hacer lo que nos de la gana, nos hace olvidamos de nuestro entorno. Nuestra imagen mental de nosotros mismos es tan grande que no nos damos cuenta de que sin nosotros, el mundo seguirá su curso, que en realidad no somos tan importantes y que lo seremos en la medida de que hagamos algo que aporte un poco a mejorar la vida de quienes nos rodean. 




Cosas sencillas, gestos amables y generosos que no suponen un sacrificio o una entrega incondicional. Pensemos en nosotros mismos sin olvidar al otro. Conservemos nuestra individualidad y luchemos por nuestros sueños, sin que eso suponga ir en detrimento de quienes nos rodean, ya sean amigos, familiares, vecinos o el señor que nos pasa por al lado a cruzar la calle.

No estamos aquí por mucho tiempo, entonces, hagamos que valga la pena. 

N.P





martes, 7 de abril de 2015

Gabriela Mistral: Decálogo del Artista


Hoy es el 126 aniversario de nacimiento de Gabriela Mistral (Vicuña, Chile 7 de abril de 1889- New York . EEUU  10 de enero de 1957) mujer, poetisa, diplomática,  pedagoga, feminista y ganadora del nobel de literatura en 1945.  

Su obra es enorme y comprende poesía, prosa y escritos sobre la educación y el arte. Entre ellos, el decálogo del artista, que me encanta y que copio a continuación:







  I.  Amarás la belleza, que es la sombra de Dios sobre  el Universo.

II.  No hay arte ateo. Aunque no ames al Creador, lo afirmarás creando a su semejanza.

III. No darás la belleza como cebo para los sentidos, sino como el natural alimento del alma

IV.  No te será pretexto para la lujuria ni para la vanidad, sino ejercicio divino.

V.  No la buscarás en las ferias ni llevarás tu obra a ellas, porque la Belleza es virgen, y la que está en las ferias  no es Ella.

VI.  Subirá de tu corazón a tu canto y te habrá purificado a ti el primero.

VII. Tu belleza se llamará también misericordia, y consolará  el corazón de los hombres.

VIII. Darás tu obra como se da un hijo: restando sangre de tu  corazón.

IX. No te será la belleza opio adormecedor, sino vino generoso  que te encienda para la acción, pues si dejas de ser hombre o mujer, dejarás de ser artista.

X. De toda creación saldrás con vergüenza, porque fue inferior a tu sueño, e inferior a ese sueño maravilloso de Dios, que  es la Naturaleza.


Gabriela Mistral






jueves, 2 de abril de 2015

Reconocer y entregarse al deseo femenino

Ayer miércoles, como cada miércoles desde el 07 de enero, tuvimos función de Séxulas en el Café Teatre Llantiol. Fue una función extraña, de esas en la que no se sabe si el público de la sala realmente está allí o si se trata de una ilusión óptica. 

En una obra como ésta, donde la interacción con el público es permanente, nos resulta realmente incómodo cuando la gente que asiste opta por sólo mirar, sin implicarse demasiado. No los culpo, se pueden sentir intimidados, o no estar acostumbrados a ver espectáculos que ameriten una presencia mas activa, menos voyeurismo y más acción. Sin embargo, no es eso lo que me llama la atención.

Ésta mañana, pensando en la función me di cuenta de algo muy curioso: comparándola con funciones anteriores en la que alguna vez ha pasado lo mismo y con aquellas en la que el público es un organismo vivo, que recibe y participa, esas funciones maravillosas en la que se crea una energía recíproca entre ell@s y nosotras, caí en cuenta de que en las últimas, por lo general, el público mayoritario son mujeres. Sin embargo cuando se trata de un porcentaje equitativo entre mujeres y hombres o si la mayoría son hombres, tiende a pasar lo de ayer.

Es decir, mayoría de mujeres, solas o acompañadas por minoría de hombres reaccionan de una manera distinta a como reaccionan mujeres junto a hombres cuando éstos son sus parejas. Y cuando la mayoría son hombres, ni hablar.

Séxulas. Foto Manel Fernandez


Y me resulta curioso porque en Séxulas hablamos precisamente de la sexualidad femenina. Los personajes que interpretamos son mujeres que no temen a hablar sobre su sexualidad, sus preferencias, gustos, fetiches. Son mujeres que dejan de ser pasivas, dejan de esperar a que les den placer y deciden buscarlo ellas mismas, deciden plantarse y decir " ésto es lo que quiero".








Toda mujer que viene a la obra, encuentra resonancia, de eso no hay duda.  La diferencia es que a veces lo manifiestan y otras no. Y no lo hacen quizá cuando sienten que serán juzgadas por su acompañante masculino. Con lo cual, se convierten en la otra cara de la moneda de los personajes de la obra, cara que desafortunadamente es la mas común en la vida real.

Por su parte los hombres que asisten a la obra, quizá esperan ver otra cosa. Creo que de ahí su cara de estupefacción, su incomodidad, su no saber cómo reaccionar... risas nerviosas, caras inexpresivas, o serias, o de "aburrimiento", o incluso, de estar juzgando a éstas mujeres que le hablan y le dicen "yo también quiero y tengo derecho sentir placer".

También han asistido, por fortuna, hombres muy implicados, hombres inteligentes que saben entender sobre lo que hablamos, que se ríen de sí mismos y prestan atención a lo que sucede, que se vuelven cómplices y, junto a las mujeres que les acompañan en la sala, son capaces de reconocer que en materia de sexo,  como es casi todo lo demás, aún la balanza está bastante desequilibrada.


Y es que éste comportamiento del público, es un claro reflejo de cómo en la sociedad la sexualidad masculina y femenina son tratadas de distinta forma:  Un hombre "puede" acostarse con muchas mujeres, una mujer "no puede" hacerlo con muchos hombres. Un hombre puede hablar sexualmente sobre las mujeres, una mujer no está bien visto que hable sexualmente de un hombre, al menos no en público. Los hombres han de ser activos, las mujeres pasivas: el hombre busca lo que desea, mientras que la mujer tiene que esperar a recibirlo y conformarse con lo que hay. Los hombres promiscuos son machos, las mujeres promiscuas son putas. Los hombres tienen derecho a satisfacer sus necesidades sexuales, mientras que  las mujeres tienen el deber de satisfacer el deseo masculino sin pensar en el propio.

Así lo refiere Mieria Darder autora del libro Nacidas para el placer:

" Como mujeres se nos prohíbe la acción en el mundo. Si la mujer no puede explorar, experimentar, curiosear...en el sexo tampoco... la mujer se inhibe sexualmente y no nos atrevemos.. el hombre está para su placer y su satisfacción, la mujer tiene que estar para el otro ..."

Esto por supuesto en el mundo heterosexual. En cuanto a la homosexualidad pues no sabría decirlo, pero desde fuera me parece que la relación es algo más equitativa.También he de decir que todo ésto es una apreciación genérica del comportamiento sexual. Obviamente hay excepciones y millones de casos distintos. 

Aún así, la "big picture" refleja que las mujeres somos menos libres de expresar y hablar sobre nuestra sexualidad, incluso en la sala de un teatro. Que tenemos miedo a lo que puedan pensar de nosotras e incluso llegamos a juzgar el comportamiento "liberal" de mujeres que han decidido vivir su sexualidad sin vergüenza. Nos ponemos del lado masculino en lugar de mirarnos a nosotras mismas y decidir qué es lo que realmente queremos. Estamos estigmatizadas a confundir el placer con el amor,a esperar que alguien nos inicie en el sexo y a pensar siempre en una virginidad castrante y sobrevalorada.

Volviendo a la anécdota de la función de ayer, creo que es bueno que éstas cosas sucedan. Particularmente me da la oportunidad de observar que no estamos ni cerca de una idea de igualdad, que los prejuicios que nos han inculcado aún pesan muchísimo y que tenemos que seguir rompiendo barreras morales, religiosas y sociales. Queda mucho por hacer y cada una puede dar su aporte, el mío es a través del teatro, de ésta obra que cada día me enseña cosas nuevas, me da posibilidades y que con humor y encanto nos sirve de puente para decir a otras mujeres que es posible vivir una sexualidad libre, que tienen derecho a decidir cómo, cuándo, dónde y con quién y a los hombres que ya es momento de bajar la guardia y que si son capaces de reconocer y entregarse al deseo femenino, habrán encontrado el paraíso.

Nathalia Paolini



Séxulas. Foto Manel Fernández







viernes, 27 de marzo de 2015

Manifiesto Personal en el día internacional del Teatro

Quizá para muchos el Teatro es sólo algo que les gusta mirar, para otros, algo que hacen como hobby, para pasar el rato, divertirse mientras exploran en su expresividad, sin ninguna otra motivación.

Para quienes nos dedicamos al teatro profesionalmente, sin embargo, las motivaciones sobran. O al menos así tendría que ser. 

Un creador teatral, a mi parecer ha de tener dentro de sí un impulso creador tan grande que le permita mantenerse a flote cuando las circunstancias sean adversas y que le ayude, también, a mantener los pies en la tierra cuando todo parezca un cuento de hadas, un sueño hecho realidad, una increíble alineación de talento, trabajo y reconocimiento. 

A los creadores nos es complicado mantenernos bajo los patrones estandarizados de trabajo: no tenemos horarios, ni trabajos, ni salarios fijos, trabajamos cuando los demás se divierten, dedicamos una gran cantidad de recursos personales: tiempo, energía, dinero, voluntad, para hacer realidad esa idea que nos pasa por la cabeza o que otro creador nos propone y que de un momento a otro se transforma en un proyecto personal. 

Sin embargo, más allá de todo ésto, de soñar y luchar por cumplir esos sueños, existe algo sin lo cual es imposible dedicarse al teatro ( y cuando digo teatro digo también arte). Ese "algo" vital, ineludible y que habla del creador sin que éste diga una palabra es la Ética

 Una persona que quiera dedicarse al teatro, sin tener un mínimo de ética profesional, la verdad es mejor que se dedique a otra cosa. 

Y cuando digo ética me refiero a muchas cosas: amor por el acto creador, respeto por sí mismo y por sus semejantes (colegas o no) disciplina, constancia,  trabajo constante y motivación para superarse cada vez más. Hacerse mejor persona, mejor intérprete, mejor director, dramaturgo, técnico, escenógrafo, productor, etc. 

No sé si en todas las escuelas de teatro inculcar la ética profesional es una prioridad, pero en mi formación como actriz aprendí de mis maestr@s que para ser actor no basta con subir a un escenario, en realidad, subir al escenario es lo menos importante. Es lo que está detrás de eso lo que realmente importa: las horas dedicadas a la construcción del personaje, la disciplina en los ensayos, la búsqueda constante, la inquietud por mejorar con cada experiencia, el aprendizaje teórico y vivencial. La amabilidad contigo mism@ y con los compañeros de escena, la escucha, el respeto hacia el trabajo del otro y hacia el público. 

Lamentablemente hoy en día las necesidades materiales nos hacen, muchas veces,  obviar todo ésto, somos vulnerados y a su vez vulneramos la ética profesional que como creadores necesitamos para poder hacer crecer nuestro arte y no consumirnos en la mediocridad, en un intento hueco de creación, dirigido más hacia un intento desesperado por el reconocimiento o la retribución económica que , dicho sea de paso, escasamente llega. 

He estado pensando últimamente en todo ésto y casualmente he escuchado/leído algo que, aunque paradójico, puede que finalmente sea la clave de todo. Es algo así como "si haces algo sólo con la motivación de ganar dinero, mejor no lo hagas". Lo cual tampoco quiere decir que no puedes ganar dinero con el trabajo que te gusta hacer, o que no puedes aprender del trabajo que haces para ganar dinero. Creo que ésta afirmación conlleva a tener una actitud ante lo que hacemos y particularmente en el teatro donde llegar a tener una retribución económica es bastante inusual (aunque no del todo imposible) , nos viene a decir que, independientemente del dinero, la actitud (ética) profesional ha de ser nuestra tabla de salvación. 

Es entonces que hoy, 27 de  marzo de 2015, Día Internacional del Teatro, me comprometo a recuperar una actitud desinteresada hacia el acto creativo. Me comprometo a tener presente mi ética. me comprometo a respetarme, hacerme respetar y a respetar el trabajo del otro. Me comprometo a valorar mi esfuerzo sin que eso signifique menospreciar el de otros o recibir a cambio lo que yo "creo que debe ser", aceptaré con humildad lo que venga a mi y seguiré nutriéndome de las experiencias, aprendiendo lo que pueda y compartiendo mi creatividad con quien desee acompañarme, o ser acompañado por mí. 





Me comprometo a ser mejor actriz, directora, dramaturga y productora. Me comprometo a soltar las dudas y los miedos, a callar a mi ego y a seguir trabajando con voluntad, fuerza y tenacidad en éste oficio que me ha llamado a SER y ESTAR en él desde hace diecinueve años.

Nathalia Paolini






¡FELIZ DIA INTERNACIONAL DEL TEATRO!

miércoles, 11 de marzo de 2015

Dejar que lo nuevo crezca

Desde hace un tiempo, me propuse a tener plantas en casa. Al principio quería tenerlas en la terraza, un montón de plantas, contando con que tengo una terraza que  es casi más grande que mi piso, pues lo que quería era un bosque. 

Mis intenciones se vieron truncadas cuando mi lindo gato Bruno empezó a hacer sus cositas sobre la única planta que tenía, así que la monté en un techito que hay en una parte de la terraza y opté por tener plantas de interior.

Ahora tengo varias, las he visto crecer, he aprendido a nutrirlas, a cambiarles la tierra, a acordarme de echarles agua. Debo decir que mi relación con las plantas se reducía a cactus, e incluso, unos cuantos cactus se murieron bajo mis "cuidados".

Sin embargo, me propuse aprender y cuidar de ellas. Y me encanta. He dejado atrás la creencia que tenía de que "yo no era buena con las plantas". No es que ahora sea una experta, pero soy capaz de mantenerlas y evitar que se mueran. Incluso he recatado una que han tirado a la calle, le cambié de maceta y le aboné un poco la tierra, a ver cómo resulta. La verdad no es nada complicado, sólo requiere atención y cariño.

Una plantita que me tenía muy frustrada, era un tallo de bambú. Yo quería un tallo enorme, como tantas veces los he visto en las casas de algunos amigos.  Y me compré uno que si, fue creciendo, pero de repente empezó a ponerse amarillo y a podrirse progresivamente. Investigué qué podía hacer, le quité la parte amarilla y cerré el tallo con parafina. Esperé un tiempo. Nada, seguía muriendo.

No obstante, a medida que el tallo moría, iba naciendo desde la raíz un retoño. Apuntando hacia arriba, hacia el cuello de la botella donde lo tengo. Abajo ya se había formado todo un ecosistema de raíces, moho y las piedritas que le había puesto, como los que se forman en los ríos.

Llegó el momento entonces de cortar del todo el tallo viejo, ya completamente amarillo y blando, salvo en la base. Lo corté y me dije " a ver que pasa" , con cierto temor a que el retoño también muriera. ¡Pero no ha sido así! el retoño de mi tallo de bambú ha seguido creciendo. ¡Una hoja delgada y verde está a punto de asomar por el cuello de la botella! 

Inmediatamente pienso en lo maravilloso de la naturaleza que sigue su curso. Un pequeño milagro en mi casa  que me deja una reflexión:

"A veces no hay que hacer nada más que quitar lo viejo para que lo nuevo crezca" 




Algo que aplicado a mi vida me da nuevas perspectivas. Ahora que estoy en un momento donde las cosas van sucediendo poco a poco, pero van sucediendo, como el retoño de bambú que no tiene prisa en crecer, pero no para de hacerlo. Sólo he de quitarme de encima lo viejo: las viejas creencias, los viejos miedos, la vieja inseguridad, la vieja desconfianza, la vieja exigencia hacia mí misma, la vieja lucha en contra del tiempo.

 Dejarme crecer, dejar espacio para que lo nuevo se vaya abriendo camino, dejar que ése camino siga su curso, abandonar la lucha, para disfrutar de la experiencia, saber que cuando una parte muere, otra renace con ímpetu, hacia la luz.

Nathalia Paolini








domingo, 8 de marzo de 2015

Otro 8 de Marzo...





Hoy se conmemora la lucha de las mujeres por la igualdad y la validación de sus derechos humanos. Lamentablemente aún existe muchísima injusticia y "la igualdad" consiste en adoptar un rol masculino que nos aleja más de nuestra propia feminidad



Yo no quiero ser "igual que un hombre",  yo quiero ser MUJER con mi cuerpo de mujer, mi sensibilidad, mi inteligencia, mi voluntad, mis habilidades y poder tener la seguridad de que tendré mismas posibilidades que las de un hombre, social, profesional, familiar y económicamente





Nathalia Paolini





He leído un artículo en el diario ABC de España que lo resume perfectamente:


El Día Internacional de la Mujer, que se celebra cada 8 de marzo, es una fecha marcada en el calendario para reflexionar sobre la situación actual de la mujer en diferentes partes del mundo y en las bases legislativas que limitan sus derechos y que les impiden tener las mismas oportunidades que los hombres.
Debido únicamente a su condición femenina, la mujer está relegada a una posición secundaria con respecto al hombre, pues recibe salarios más bajos tratándose de jornadas y desempeños laborales similares a los de un hombre. Así lo ratifican los datos del Organización Internacional del Trabajo (OIT) que reflejan que las mujeres españolas cobran de salario medio anual un 17% menos que los hombres. Desde una mirada más global, en el mundo sólo el 21% de los puestos directivos son ocupados por mujeres, según datos de la ONU Mujeres.
En pleno siglo XXI, ser mujer bajo el pleno ejercicio de sus derechos y en las mismas condiciones que un hombre resulta una tarea casi imposible en diferentes países, ya que la legislación bajo la que regula a su sociedad denigra y limita a la mujer por el simple hecho de serlo. 
La Organización Equality now ha publicado un amplio informe con las leyes vigentes que violan los derechos humanos de las mujeres en diferentes puntos del planeta.


A continuación se especifican las leyes del mundo más denigrantes para la mujer  entre las que se cuentan abusos sexuales, discriminación laboral, mutilación,  violencia física y privación de libertades sociales. 

Queda mucho por hacer, la igualdad de derechos será una utopía mientras gobiernos y religiones sigan implementando leyes absurdas. Es deber de todos, mujeres y hombres, mantener una posición firme y denunciar abusos, maltratos y vejaciones, que anulan a la mujer y las lleva incluso a la muerte. 


martes, 3 de marzo de 2015

Tattoo or not Tattoo that's not the question


El arte corporal"urbano" en nuestra cultura occidental, no sé por cual razón, aún no acaba de ser aceptado como algo "normal". Piercings, tatuajes, scarificaciones, modificaciones, son vistos como algo que se hace por rebeldía, incluso hay quien lo ve como automutilación.

Para mí, como para muchos otros, es simplemente una expresión más. Claro que no puedo decir que todos los tatuajes me gusten, ni que me haría alguna scarificación o modificación para parecerme a un vampiro. Sin embargo creo que quien decide hacer algo extremo de alguna manera está expresando lo que desea ser, o parecer. Modificarse para parecer un demonio no tiene porqué ser distinto a operarse los pómulos, o los senos, o los abdominales, para parecerse más a quien uno cree que es o quiere ser.

Si ya sé que debajo de eso ( cirugías estéticas y modificaciones corporales) puede haber un millón de causas, como baja autoestima, no aceptarse a sí mismo, necesitar ser aceptado por un grupo, etc. Pero creo que generalizar sería como decir que todas las mujeres quieren ser madres o todos los hombres piensan lo mismo. Es decir, generalizar no nos permite ver lo que hay en realidad. 

A mí me gustan los tatuajes, ahora tengo dos en la espalda, uno en cada tobillo y el más reciente uno en mi antebrazo izquierdo. Y mentiría si dijera que no quiero más.

Sin embargo, he sido tímida porque sé que eso, en una profesión como la mía puede llegar a limitar. Es decir: no estoy demasiado tatuada para ser "diferente" pero tengo tatuajes que no me hacen "normal". Estoy pues como en una zona intermedia.  Pero es que, aunque me haría unos dos o tres más, tampoco quiero estar tatuada por todos lados.

Entonces, a veces, me veo en la necesidad de recurrir al maquillaje para tapar los tatuajes que se ven cuando no interesa que se vean. 

La verdad es que estaba buscando el Tattoo foundation de Kat Von D pero en Sephora España aún no lo distribuyen. También busque el Dermablend Professional tattoo cover makeup de Vichy pero sólo lo conseguí por internet y tenía algo de prisa, además comprarlo así no me permitía probarlo en mi piel para dar con el tono exacto.

Finalmente compré primero el Dermablend corrector de fondo 16h pero no era suficiente. Una maquilladora profesional me recomendó el Full Cover de Makeup Forever, fui a Sephora , lo probé y me convenció, sin embargo tampoco terminaba de disimular bien el tatuaje.

Pues entonces probé ambos, más un polvo con bastante talco (dato del chico de Sephora que me dijo que los que tienen mucho talco secan mejor la base). Y Voilà!! Después de varios intentos. creo que he logrado la combinación perfecta para cubrir mi tatuaje del brazo, que es el más visible de todos.

Aquí una muestra paso por paso:

Tatuaje normal

Capa de Dermablend de Vichy

+ capa de polvo

+ capa de full cover + capa de polvo para sellar y difuminar

Así que si eres alguien a quien le gustan los tatuajes pero no te atreves a hacerlo porque sientes que puede encasillarte en una imagen, pues ya sabes que hay solución para disimularlo cuando no quieres que se vea. ¡¡Y ésta es apenas una de muchas!!

Claro, yo tengo tatuajes pequeños y fáciles de cubrir, sin embrago he visto cómo se puede cubrir zonas más extensas. Te hago el link del famoso Zombie Boy y cómo lo hicieron con: Dermablend Professional tattoo cover makeup de Vichy  es alucinante!!

Bueno con éste ejemplo ya sabes que tatuarse o no tatuarse, ya no es el dilema.... 



Naths









domingo, 1 de marzo de 2015

El camino del artista en primavera

Hoy quiero comentarles sobre una iniciativa que Chechu García viene desarrollando desde hace unos años en Barcelona y que cada vez va tomando más fuerza.

Se trata de "El camino del artista" un proceso de 12 semanas basado en el libro de Julia Cameron. Un acompañamiento que utiliza técnicas como la PNL para ayudarte a re-descubrir, re-conectar y disfrutar de  tu creatividad. 

Está dirigido a cualquier persona que desee sumergirse en un proceso que puede traer muchísimos cambios positivos, siempre dependiendo del propio compromiso, claro.  Un camino que va, poco a poco, haciéndonos conscientes de nuestros bloqueos que nos impiden llevar una vida más creativa, independientemente de nuestra profesión u ocupación.

Por experiencia propia puedo decir que es un proceso alucinante, aunque no es fácil y requiere mucha disposición de voluntad y tiempo, la verdad es que vale la pena. 

Después de realizar dos procesos: "El camino del Artista" y " El camino del Artista en acción" estoy segura de lo que digo cuando afirmo que ha y un antes y un después. También de que el cambio que percibes es muy personal, es decir no del tipo "usted puede cambiar su vida pregúnteme cómo"

Puede que lo que tengas en tu cabeza no es precisamente lo que necesitas, y es ésta la "magia" del camino, que va poniendo delante de ti aquello de lo que necesitas darte cuenta, aquello que necesitas cambiar, aquello que te bloquea y te limita, aunque no sea precisamente lo que tu crees-piensas que es.

Al volverte  un caminante, es el camino quien decide. Y si eres una persona que le gusta controlar lo que sucede, (como la que está escribiendo éstas líneas) pues aprendes a soltar. Aunque a la mitad del camino  no  sepas hacia dónde ir y los bloqueos y voces internas te hagan querer desistir,  el resistir la incertidumbre traerá consigo un aprendizaje valioso. 

Puede que el cambio sea brusco, puede que sea algo imperceptible, como la gotita de agua que cae sobre la roca y la moldea, de pronto, un día, puedes ver que la piedra se ha transformado en una figura, extraña al principio y luego más y más familiar, más genuina, más sincera, más parecida a lo que realmente eres

A todo ésto, se le suma el acompañamiento de Chechu, que con paciencia y sabiduría va acompañando cada proceso. También el vínculo que nace entre l@s compañer@s que caminan sus propias sendas junto a ti. Y es que, cada quien transita su propio camino, pero ninguno está caminando sol@. 

Animo a cada persona que se sienta perdida, cansada, aburrida, enfadada, estresada, incomprendida, sumergida en un momento donde nada parece ir bien, o todo lo contrario, a atreverse a vivenciar ésta maravillosa propuesta. Que el no saber hacia dónde ir, o saberlo muy bien,  no nos impida disfrutar del camino.

Para saber más y contactar con Chechu entra a la web de  Encaminarte





miércoles, 18 de febrero de 2015

Una versión del infierno

Usualmente, escribo en éste blog sobre las cosas que pienso, lo que me mueve,  sobre proyectos en los que ando trabajando, películas que he visto... es decir, sobre lo que me da la gana.

Ya en una ocasión, escribí un post en el que reflexionaba sobre el tema de la profesionalidad  del actor/ actriz ( ver post Profesión y Vocación) sin embargo, es un tema que no se agota, y no sé si un día lo hará.

Hoy quiero volver con una nueva visión del tema, compartiendo lo que he leído en un libro muy interesante que hacía tiempo que tenía, pero que hasta ahora no había abierto ( así son los libros, los lees cuando ellos quieren). El libro en cuestión se llama "Técnica y verdad en la interpretación"
( Magistrales de la E.M.T de SillaV)  que recoge conferencias y entrevistas de Pablo Corral Gómez director del Teatro círculo  y fundador y director del Estudio Dramático de Valencia ( ESP).

En éste libro, Pablo Corral Gómez habla de muchas cosas relacionadas con el oficio del actor, del pedagogo, del estudiante de teatro y del profesional. En general es un libro que recomiendo, he reflexionado mucho con sus palabras y también he aprendido de ellas. 

Entre los muchos párrafos que he subrayado, me atrevo a copiar textualmente uno, relacionado con el tema de la profesionalidad del actor:

"(...) Si nosotros preguntamos al mercado que es ser un profesional el mercado responde "aquel que cobra y saca rédito de lo que hace". Al mercado no le hace falta que ese sujeto  tenga conocimiento de lo que hace, pero sí que saque una renta de ello. Eso no es para mí un profesional. Por otro lado, si se lo preguntamos al conocimiento académico, un profesional es aquel que se ha formado, ha adquirido conocimientos en el campo en el que va a desenvolverse en su vida profesional; aquel que económicamente vive de lo que hace, en lo académico no dice que tenga una adquisición económica por lo que hace, sino que tenga un conocimiento de lo que hace. Yo, cuando hablo de "profesional" lo hago en éste sentido. (...)"
He de decir que estoy con el Sr. Corral Gómez al cien por cien.

Y puede que te preguntes "¿Y es que acaso importa tanto lo académico en una profesión que parece que todo el mundo puede hacer? "  SI importa. Lo que puede aportar la formación posiblemente no se  encuentre en la experiencia y viceversa, es decir, es un pack indivisible. Sin embargo lo que me hace ruido no es ésto, porque de alguna manera un actor instintivo, si es inteligente y su ego no le sobrepasa, en algún momento buscará algún tipo de formación porque sus recursos se verán limitados. Y si no la busca, pues se convertirá en un actor mediocre y ya no vale la pena hablar de él.

En realidad, lo que me gusta de éste párrafo es que no determina la profesionalidad de acuerdo a la retribución económica, cosa que me parece sensata, al contrario por ejemplo de muchos otros que opinan que hacer teatro independiente ( pongamos independiente como una elegante manera de decir que hacer teatro sin un duro) es sinónimo de teatro amateur. No tengo nada en contra del teatro amateur, de hecho me encanta. Puedes encontrar en él mucha más vocación, verdad y entrega que en un espectáculo profesional.  Aunque éste tampoco es el punto.

Decía que, el señor Corral Gómez, ofrece un punto de vista definitivo a la cuestión profesional, al establecer una diferencia entre lo que él mismo considera un profesional, o no. 

Lo curioso que pasa en el teatro y en el arte en general, es que muchos profesionales tienen que trabajar en algo más, incluso, tienen otras carreras con las cuales pueden (si quieren) conseguir retribución económica. Pongamos por ejemplo a un médico, que ha estudiado una carrera pero que no la ha ejercido o la ha ejercido poco, y por esa llamada innegable, termina trabajando como actor incluso sin haber estudiado. Según la opinión de Pablo ( si ya paso al tuteo que se me da mejor) ésta persona sería un médico no un actor, aunque ejerce de actor con todo lo que ello implica. Quizá se ganaría la vida mejor como médico, pero prefiere ser actor. Y está el actor formado que termina siendo camarero o cocinero, o vendedor de seguros, sin haber estudiado para serlo.

Lo que quiero exponer con ésto es que, aunque estoy de acuerdo con lo que la idea reflejada en el libro, a veces la línea es tan difusa que nosotros mismos podemos perdernos. Sé de casos en los que alguien no dice a lo que se dedica " soy actor/ actriz" cuando se ve en la necesidad, cada vez más imperiosa, de buscar un empleo paralelo ( que suele convertirse en el principal) por temor a que no lo contraten. Cosa que no pasa por ejemplo en el cine o incluso en la tv -quizá en teatro es menos común pero también se da el caso- donde para actuar no necesariamente tienes que ser actor o actriz.




No sé porque razón, existe éste velo innoble sobre una profesión tan noble como lo es la actuación. ¿Por qué nos vemos expelidos a buscar en otras actividades, otras carreras, lo que la nuestra no puede darnos? 

¿Por qué una persona que no es actor o actriz puede trabajar en ello y muchos que si lo son, no pueden hacerlo?. 





Me entristece profundamente que un intérprete muchas veces tiene que trabajar de gratis, ganar tan poco, perder el tiempo que puede dedicar a crecer profesionalmente, en un trabajo que no tiene ningún sentido salvo el económico.


Yo no sé si existe un infierno, pero ésta podría ser una versión bastante cercana.


N.P




martes, 10 de febrero de 2015

Y para qué ir al teatro?

Se supone que la semana pasada debía escribir un post (me he trazado el objetivo de escribir un post cada martes). Pero la semana pasada tenía la cabeza en otro sitio, no me venía ninguna idea, o mejor dicho, me venían un montón de ideas pero ninguna que me gustara. No lo vi claro y no hice nada.

Hoy, me he topado con ésta imagen en la Página de Facebook de Centro Tet:


Evidentemente me llamó la atención y me enganchó. Sobretodo porque recientemente ( y no tan recientemente también) he escuchado frases del tipo " Yo quiero ver una obra divertida y que me haga reír, cero dramas", " A la gente no le gusta pensar", " La obra está bien pero la gente tiene que poner demasiada atención" "Hay que darle al público lo que pide y la gente quiere ir a desconectar" etc, etc, etc.

Particularmente, siempre he pensado que hacer una obra donde el público no se modifique en lo más mínimo, no reflexione, piense, imagine, sueñe, perciba, sienta, intuya, pues no vale la pena

Independientemente del género o del tema, ir al teatro con la idea de "dejar todos los problemas fuera" no funciona, para eso quédate en casa viendo "Gran hermano," Sálvame, "Mujeres y Hombres y Viceversa, "Quien quiere casarse con mi hijo", "The bachelor y The bacherolette" " Adán y Eva"  y toda la larga lista de programas donde la vida de otros y los problemas de otros te hacen sentir mejor acerca de tus propias desgracias. ¡ Claro que desconectarás de ti mism@!  Desconectarás tanto que no sabrás absolutamente nada de ti ni de tu vida, aunque seguramente sabrás quien dijo qué cosa de quién o con quién se fue a la cama perenceja o a quién dejaron plantado públicamente. 

Lejos de querer juzgar a quienes "les mola" éste tipo de programas, lo que quiero hacer es poner las cosas en claro. Al teatro, como bien dice el Sr. Jodorowsky, no se va a "desconectar" a "no pensar" y a "divertirse". Es decir, claro que puedes divertirte si entiendes bien lo que ésto significa.

La famosa wikipedia, por ejemplo, define la diversión como:

"el uso del tiempo de una manera planeada para el refresco terapéutico del propio cuerpo o mente (...) la diversión implica participación activa pero de una manera refrescante y alegre"

Es decir, que el sólo hecho de ir al teatro ya es divertido. Estás participando activamente ( aunque no lo creas) en una experiencia que te proporciona placer. Si, aunque te conmuevas y llores. Si, aunque tengas que prestar atención para no perderte detalle y entender lo que sucede.Si, aunque los personajes parece que están contando tus propias desgracias o que te dicen cosas directamente a ti y te das cuenta por ese "tilín" que resuena en tu interior cuando alguno dice una frase que te acelera el pulso y te hace tragar grueso. Si, incluso cuando sueltas una carcajada nerviosa, de mejor me río para no llorar. 

El teatro, querido espectador, querida espectadora, no es para desconectar. El TEATRO con mayúsculas es para conectar. 

Conectar contigo mismo, con los actores, con el vecino de butaca, con los personajes, con el director, el dramaturgo, el técnico, con la sala, con la calle, con la gente conoces y que no conoces, con las vidas que no has vivido ni vivirás nunca, con los lugares donde nunca has estado, con las palabras que jamás has escuchado, con los sueños que has soñado y los que estás por soñar, con las historias que jamás escucharías de no estar allí, con el origen del mundo, con los primeros habitantes de la tierra, con los dioses,  lo sagrado y lo profano, la razón y la locura, con las siete maravillas antiguas y modernas, con el arte y la ciencia, con lo nunca descubierto, con lo que no tiene respuesta, con el misterio insondable del ser humano, con la tierra, el fuego, el aire, el agua, la sangre, la vida y la muerte, la presencia, el ser, el estar, con el cuerpo, con la mente, con la emoción. Conectar con la mentira, la verdad, la fantasía, la realidad, lo  obvio y que no puedes ver. Lo que hay detrás de ti, lo que te observa cuando no hay nadie más... ¡¿Oh que será que será?!

Si cuando sales del recinto donde has visto un espectáculo, no has podido conectar con algo, entonces, mi estimad@, lo que has visto no es teatro. No sé que será pero si sé lo que NO es. 

Y sería bueno que los hacedores de teatro no olvidaran (mos) todo ésto y en lugar de darle al público lo que quiere ver, le ofrezcamos lo que NECESITA ver, que ya para el "pan y circo" tenemos a los políticos, que suelen montar su deprimente showcito cada dos por tres. 

De alguna manera hay que hacer que la rentabilidad y el contenido no sean incompatibles, y creo que una manera de hacerlo es dejar de hacer un teatro vulgar, profano, inconsistente. Repito, para que quede totalmente claro, que no estoy hablando de género ni de estilos. Estoy hablando de CONTENIDO porque vías hay muchas: humor inteligente, drama mordaz, tragicomedia irreverente, denuncia satírica, reflexión intelectual, vivencia sensorial, poesía terrenal... y cualquier otra acepción, que imaginación hay mucha y cada quien elige lo que le va mejor. 

Decía que para mí, la mejor manera de hacer que el TEATRO y el dinero no sean enemigos íntimos, es parar de hacer "chorradas" y que la gente, en cada sala, grande o pequeña, se encuentre siempre con un TEATRO verdadero, en lugar de la pantomima escénica que suplanta su identidad, que tiende a la condescendencia y cuyo único objetivo es recaudar taquilla a como dé lugar. Es decir, no darle a elegir, porque lo que si es cierto es que una gran mayoría elegirá mal. Elegirá sentarse a ver tonterías y escuchar sandeces, porque piensa que no pensar, no sentir, no imaginar, es la salida a sus problemas, a la rutina, al hastío tan grande que le produce la vida. 

Yo demando espectadores activos, que reaccionen y accionen, que se atrevan a salir de su zona de confort, que no conviertan la butaca en el sillón de su casa, ni al escenario en un plató de un programa banal. Y para ésto es necesario que los que están (mos) del otro lado, también quieran (queramos?) dejar de estar en pijamas todo el día y "contentar" al público con una ración de "comida chatarra" que bien sabemos que llena la panza, pero no nutre ni al cuerpo, ni al alma.

N.P


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